Tradicionalmente, en las empresas españolas, al igual que en las familias, ha predominado la cultura de la propiedad de los bienes por encima de su uso o disfrute, a diferencia de lo que ocurre en otros países como, por ejemplo, los anglosajones. No obstante, el excesivo endeudamiento con el que muchas compañías se han tenido que enfrentar a la crisis, las ha llevado a replantearse algunos conceptos, entre ellos el de si realmente necesitan tener la propiedad de todos los bienes del negocio o basta, en algunos casos, con tener su uso, sobre todo si se valoran el elevado nivel de depreciación y los constantes avances tecnológicos que afectan a muchos de ellos.
Uso de bienes sin grandes desembolsos
En esta tesitura, cobra especial protagonismo el renting como una posible solución para acceder a bienes con una depreciación tecnológica rápida, que requieren mantenimiento y que habitualmente no forman parte del núcleo del negocio. Este producto básicamente consiste en un contrato mercantil de alquiler a largo plazo, que se realiza sobre un bien entre una compañía especializada (arrendador), normalmente una sociedad anónima miembro de un grupo industrial o financiero, y una empresa (arrendatario), el cual incluye una serie de servicios complementarios amoldables a las necesidades de esta última. Suele realizarse sobre bienes muebles, como, por ejemplo, un vehículo, una máquina o un ordenador, aunque a veces también existe la opción de hacerlo sobre inmuebles. Para la empresa supone un compromiso de pago de cuotas periódicas (que habitualmente tienen carácter mensual) durante el período de contrato, pero le evita tener que desembolsar una gran cantidad de dinero como ocurriría en el caso de que optara por la compra, algo que puede ser interesante para tener acceso a esos bienes necesarios, pero que no son estratégicos, y que tienden a depreciarse de forma acelerada, como pueden ser un vehículo u ordenador.
Mejor control del gasto
Las cuotas periódicas se fijan en función del bien arrendado, la duración del arrendamiento y los servicios complementarios contratados. Por ejemplo, si el renting se realiza sobre un vehículo, el coste variará en función de la marca y del modelo, del descuento de flotas aplicados por el fabricante, del plazo arrendado, del kilometraje anual y de los servicios contratados (seguro a todo riesgo, cambio de neumáticos, impuesto de circulación, asistencia en carretera, mantenimiento, vehículo de sustitución, etcétera). Como puedes ver, ciertos costes que tienen naturaleza variable, como el mantenimiento o las reparaciones de los bienes, con el renting se transforman en fijos, permitiendo un mejor control de los mismos. Además, facilita la gestión administrativa, al integrar alquiler y servicios complementarios en una única factura. No obstante, la empresa puede utilizar el bien con las limitaciones que se especifiquen en el contrato, en función del uso del mismo (por ejemplo, un número de kilómetros al año), existiendo cláusulas que penalizan el exceso de utilización (recorrer más kilómetros de los pactados), y que es importante tener en cuenta, puesto que alteran el coste inicial planificado de la operación. Al finalizar el período de arrendamiento, la empresa puede optar entre devolver el bien a la sociedad de renting o prorrogar el contrato. Por regla general, es un producto que no incluye opción de compra, entre otras razones para evitar problemas sobre su deducción fiscal y facilitar su proceso contable (como un gasto más del ejercicio). De este modo, siempre que no haya opción de compra, las cuotas serán gastos deducibles para empresarios y profesionales. Si por el contrario hay esta opción, la cosa se complica y la deducibilidad dependerá de que existan o no dudas razonables sobre su ejecución final.
Ventajas para pymes y autónomos
Un aspecto que considero relevante si eres una pyme o un autónomo, es que el renting te permite acceder a las mismas ventajas a las que accede una gran compañía, como son las de evitar grandes inversiones iniciales, controlar mejor el gasto y conseguir la deducción fiscal. Evidentemente es una opción que se ha de contemplar entre otras, pero si se trata de acceder a bienes expuestos a una rápida transformación que necesites tener siempre al día, te recomiendo tenerla en cuenta.
Foto: Me dais poca
fuente: Con Tu Negocio