equipaje

Prepararon sus equipajes y emprendieron el viaje, a la conquista del mundo. La internacionalización es un factor estratégico clave para el crecimiento empresarial. Pero también puede considerarse un antídoto para la supervivencia. Desde el estallido de la crisis, el número de compañías con presencia en el exterior prácticamente se ha duplicado. Aunque el porcentaje de pymes aún resulta escaso.

Ante el derrumbe de la demanda interna y la atonía de los consumidores nacionales, las empresas comenzaron a fijar sus objetivos más allá de nuestras fronteras. Cerca del 5% de las pymes españolas está presente en el exterior. En total, unas 155.000, de las que aproximadamente un tercio, según José Alberto González-Ruiz, secretario general de Cepyme (Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa), tiene una actividad exportadora regular. “La reciente crisis económica ha convertido la internacionalización en una necesidad para muchas empresas. Sin duda, es una opción cada vez más imprescindible, en un mercado globalizado como el actual, para impulsar su crecimiento y aumentar su valor añadido, así como para mejorar sus posibilidades de supervivencia”, agrega.

De las más de 3.142.000 empresas en nuestro país, sólo un 4,2% son exportadoras. Pero únicamente un 1,9% lleva vendiendo al exterior de forma continuada durante más de cuatro años. José Luis Martín, CEO de BusinessGoOn, resalta que el 61% de las exportaciones lo representan unas 570 compañías. “Queda mucho trabajo por hacer para conseguir que las pymes españolas estén suficientemente internacionalizadas”.

Frente a coyunturas económicas adversas, la supervivencia de las pymes con presencia en el exterior es mayor debido a que pueden diversificar sus carteras de negocio. González-Ruiz piensa que no hay secretos para tener éxito, sólo un trabajo bien hecho y una estrategia correctamente planteada. El secretario general de Cepyme revela que hay que saber aprovechar las oportunidades de los distintos mercados y también tener algo de suerte. “La experiencia demuestra que los inicios son complicados y muchos proyectos fracasan en los tres primeros años”. Los planes de expansión detallados y elaborados por expertos son indispensables para afrontar con éxito el proceso. González-Ruiz  remarca que la internacionalización debe planificarse como una estrategia a medio y largo plazo, no como una “aventura” para solventar problemas de los mercados domésticos.

Lejos de pócimas mágicas o recetas infalibles, Martín apuesta por la perseverancia e insiste en la importancia de tener una visión largoplacista para no tirar la toalla a las primeras de cambio.

 

Diseño de la estrategia

La internacionalización no sólo requiere esfuerzos y sacrificios, sino también medios económicos y humanos. Y tiempo, ya que “los resultados no son inmediatos”. González-Ruiz considera que, por ello, es preciso definir una estrategia, que incluya un buen análisis de los mercados de destino mediante una exhaustiva investigación de las oportunidades, así como de las peculiaridades económicas y culturales del país.

También recomienda conocer la competencia y determinar las ventajas competitivas del producto o servicio. “Y es preciso contar con la financiación y los recursos humanos necesarios para abordar este proceso, para lo que también juega un papel importante la formación”. El secretario general de Cepyme destaca que un factor interesante para las pymes es la cooperación entre empresas o el acompañamiento con empresas más grandes para abordar determinados mercados con mayores garantías de éxito.

El proceso de expansión de una pyme debe contener una hoja de ruta estratégica y una planificación en la ejecución. El primer episodio de la metodología tiene que realizar un diagnóstico internacional de la empresa para detectar fortalezas y debilidades. Después, seleccionar el mercado para, en tercer lugar, decantarse por la modalidad del aterrizaje.

La oferta global, la política de comunicación y, por último, el plan financiero internacional también son aspectos de suma relevancia. Martín sostiene que, evidentemente, las diferencias entre las grandes empresas y las pymes están en que las primeras cuentan con más recursos humanos, técnicos, financieros y de marketing. El CEO de BusinessGoOn piensa que las compañías de mayor dimensión pueden permitirse un porcentaje de errores más altos, pero que “las pymes tienen que acertar en la mayoría de sus decisiones”.

Por su parte, el secretario general de Cepyme respalda que hoy en día todas las compañías, independientemente de su tamaño, pueden acceder a los mercados exteriores. Además, matiza que, en determinados casos, “tener un tamaño reducido aporta ventajas competitivas. Las nuevas tecnologías permiten que una compañía pueda desarrollar su vocación internacional prácticamente desde su creación”.

Los planes de internacionalización deben estar incluidos dentro de la estrategia empresarial. En este ámbito, Eva Pulido, subdirectora de Internacionalización de ICEX España Exportación e Inversiones, opina que no puede ser algo que la empresa decida hacer en un momento puntual, sin vocación de continuidad, porque “la internacionalización no es un proceso de corto plazo”. Y sugiere analizar tanto las oportunidades como los riesgos y amenazas. Pulido asevera que las pymes no deben lanzarse al exterior “disparando a todo”. “Tienen que delimitar mercados, incluso nichos dentro de esos mercados, porque sólo limitando muy bien el objetivo, el esfuerzo puede tener un impacto”.

 

Antes de dar el salto

Hacer la maleta para salir de viaje siempre requiere algo de tiempo. Antes de dar el salto, las empresas deben tener en cuenta lo que Martín denomina el “triángulo de la internacionalización”.

En primer lugar, la estrategia internacional se debe interiorizar dentro de la compañía. El equipo directivo o el empresario tienen que plantearse como requisito imprescindible el pleno convencimiento y compromiso con el proceso. El campo de juego es global, por lo que la hoja de ruta internacional tiene que ir unida y en la misma dirección que la estrategia empresarial. Además, el producto o servicio que ofrece la compañía debe contar con una ventaja competitiva para trasladarla hacia los mercados exteriores.

 

Destinos con mayor atractivo

Cada pyme tiene unas características propias, tanto por el sector en el que desarrolla su actividad como por los recursos técnicos, humanos y financieros con los que cuenta o por los productos o servicios que comercializa. Por tanto, resulta fundamental conciliar la situación de las empresas, en relación a sus fortalezas y debilidades para acometer el proyecto internacional, con el país o países objetivos.

De forma muy genérica, Martín señala que Estados Unidos, México, Colombia, Perú y Polonia constituyen mercados que encajarían muy bien dentro de los productos o servicios que ofrecen las pymes españolas, gracias a las muy buenas previsiones que tienen de crecimiento, al aumento de las clases medias y al incremento del poder adquisitivo de las mismas.

 

¿Mercado único europeo?

No es un campo de minas, pero tampoco un camino de rosas. Si bien dos de cada tres euros de los que exportan las empresas de nuestro país tienen como destino algún país de la Unión Europea, una de cada ocho compañías españolas admite tener problemas en las relaciones con sus socios europeos. Los datos que se desprenden de un informe elaborado conjuntamente entre la CEOE y la Secretaría de Estado de Comercio son preocupantes e invitan a pensar que el proyecto del mercado único ha quedado en un simple boceto sobre papel mojado. Si se eliminaran todas las barreras, arancelarias y no arancelarias, el PIB de la Unión Europea podría aumentar en 2,6 puntos. Los expertos instan a tomar medidas para resolver los dos tipos de problemas identificados: la armonización de normas técnicas y la morosidad en los pagos.

 

Plan Consolida2

Ayudas a medida, en función de las necesidades de cada empresa. “En el Plan Consolida2 se ha producido la cristalización de las nuevas líneas de actuación de ICEX. Se ofrecen fórmulas flexibles para poder dar acceso al mayor número posible de pymes”. Pulido explica que se trata de un Plan con un porcentaje de apoyo variable, de acuerdo con las opciones de expansión de cada empresa.

Se ayuda con un porcentaje básico del 25% a la modalidad menos “arriesgada” (UE sin filial) y va bonificando con una cuantía mayor las opciones que se apoyan en la estrategia de ICEX. Es decir, aumenta un 10% el apoyo sobre ese 25% si las acciones para las que se solicita ayuda se realizan fuera de la UE (objetivo de diversificación de mercados); 10% si lo hace en países donde tiene filial (apoyo a la consolidación) y 20% de apoyo adicional sobre el 25% si la fórmula es la más arriesgada.

Asimismo, y “de acuerdo con nuestro objetivo estratégico de aumentar el componente tecnológico de nuestras exportaciones, el Plan da un 5% adicional de apoyo a las empresas que se correspondan con los sectores de intensidad tecnológica media y media-alta, según la clasificación de la OCDE”. Pulido revela que, en total, la empresa puede llegar a alcanzar hasta un 50%, con un máximo de 20.000 euros por compañía.

ICEX destinará 2,5 millones de euros a la consolidación de compañías españolas en mercados exteriores. Las distintas “opciones” obligan a la empresa a realizar un ejercicio de reflexión para decidir a qué actividades quiere dedicar las ayudas. Pulido recuerda que las compañías ya no pueden limitarse al mercado interno, y que gracias a la internacionalización se abren puertas a millones de potenciales clientes y cientos de mercados. “Este potencial de crecimiento se traduce en mayor riqueza para nuestra economía”, apostilla.

La subdirectora de Internacionalización de ICEX España Exportación e Inversiones remarca que sólo alrededor de 22.000 empresas exportan por encima de los 50.000 euros, y que de las 145.000 empresas exportadoras, 100.000 lo hacen por debajo de los 25.000 euros. Si, además, el primer 10% de las mayores exportadoras -raramente pymes- concentra cerca del 97% de la exportación española, “nos podemos dar cuenta del enorme potencial de crecimiento que tiene la economía española vía mercados exteriores”.

Hasta la fecha, el Plan Consolida2 ha recibido algo más de 400 solicitudes. Pulido cree que aún hay mucho margen para la internacionalización de las pymes españolas, no sólo en número de empresas exportadoras, sino también en el valor de las exportaciones. Aunque resalta que las empresas españolas que tienen entre los 50 y los 249 empleados están ligeramente más internacionalizadas que las alemanas.

Foto: Alé


fuente: Con Tu Negocio

Sólo el 5% de las pymes españolas tiene presencia en el exterior
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